Atlanta, Georgia – En un giro inesperado que sacudió a la organización de los Bravos de Atlanta y a la comunidad del béisbol en general, Jurickson Profar, jardinero de 32 años y una de las adquisiciones más importantes del equipo durante la temporada baja, fue suspendido 80 partidos por violar el Programa Conjunto de Prevención y Tratamiento de Drogas de las Grandes Ligas, tras arrojar positivo por Gonadotropina Coriónica Humana (hCG), una sustancia prohibida que mejora el rendimiento físico.
El anuncio oficial lo hizo el comisionado de la MLB el martes por la tarde, tan solo cuatro días después del arranque de la temporada 2025, en la que los Bravos han tenido un inicio decepcionante con un récord de 0-4. La noticia ha generado conmoción no solo por la figura del jugador involucrado, sino también por el momento crítico en que ocurre: justo cuando la franquicia necesitaba impulso y liderazgo dentro del terreno de juego.
La sustancia: ¿qué es la hCG?
La hCG es una hormona producida normalmente durante el embarazo en las mujeres, pero que en los hombres puede utilizarse para estimular la producción de testosterona. Por ello, está clasificada por la MLB como una sustancia que mejora el rendimiento, ya que puede aumentar la masa muscular, acelerar la recuperación y mejorar la energía en los atletas.
Esta hormona ha estado en la lista de sustancias prohibidas desde hace varios años, y su uso ha sido asociado con deportistas que intentan restablecer la producción natural de testosterona tras utilizar esteroides anabólicos. De ahí que su presencia en un test antidopaje se considere una señal de posible manipulación hormonal o uso previo de otras sustancias prohibidas.
El contrato millonario con Atlanta
La noticia de la suspensión es aún más dura para los Bravos, teniendo en cuenta que apenas en enero firmaron a Profar con un contrato de tres años por 42 millones de dólares, con la intención de reforzar su ofensiva y cubrir el jardín izquierdo de manera sólida. Su llegada fue celebrada por los medios y la fanaticada como una apuesta ambiciosa para mantener al equipo competitivo en la Liga Nacional.
Profar venía de una sólida campaña en 2024 con los Padres de San Diego, en la que conectó 24 jonrones, la mayor cantidad en su carrera, y remolcó 78 carreras, además de mantener una defensa confiable y un liderazgo apreciado dentro del clubhouse. Todo apuntaba a que su llegada a Atlanta podría ser la pieza que faltaba para completar una alineación ofensiva peligrosa.
Reacción de la organización
La reacción del equipo fue inmediata. A través de un comunicado oficial publicado en sus redes sociales y compartido con la prensa, los Bravos de Atlanta expresaron su sorpresa y decepción ante la noticia:
“Nos sorprendió y nos decepcionó enormemente saber que Jurickson Profar dio positivo por una sustancia que mejora el rendimiento, lo que infringe el Programa de Prevención y Tratamiento Conjunto de las Grandes Ligas de Béisbol. Como organización, apoyamos completamente los esfuerzos de la MLB para mantener el juego limpio y proteger la integridad del deporte.”
A pesar del tono serio del comunicado, los Bravos no anunciaron por el momento ninguna medida adicional contra el jugador, lo cual sugiere que respetarán el proceso disciplinario de la liga y permitirán que Profar regrese cuando cumpla su sanción, aunque no podrá jugar en la postemporada 2025, incluso si el equipo logra clasificar.
Palabras del jugador: “El día más difícil de mi carrera”
Profar también se expresó por medio de un comunicado emitido a través de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA). En un mensaje cargado de emociones, el pelotero asumió la responsabilidad por lo sucedido y lamentó profundamente la situación:
“Hoy es, sin duda, el día más difícil de mi carrera en el béisbol. Quiero disculparme con toda la organización de los Bravos, mis compañeros de equipo, mis entrenadores y, sobre todo, con los fanáticos que han creído en mí. Nunca haría trampa a sabiendas ni consumiría voluntariamente una sustancia prohibida.”
Profar explicó que el positivo ocurrió durante la pretemporada y expresó que desconoce cómo pudo haber ingerido la hormona, aunque decidió no apelar la sanción y aceptar la responsabilidad:
“Pese a no entender cómo sucedió, asumo toda la responsabilidad y acepto la decisión de la liga. Aprenderé de esto y regresaré más fuerte. El béisbol ha sido mi vida, y seguiré luchando por mi carrera y por mi nombre.”
Un golpe a los Bravos y a la afición
Más allá de la pérdida del jugador en términos deportivos, esta suspensión representa un golpe a la moral del equipo. Atlanta tenía grandes expectativas puestas en Profar como uno de los motores ofensivos de la temporada. Su ausencia dejará un vacío difícil de llenar, especialmente considerando que la alineación ya mostraba carencias al inicio de esta campaña.
El dirigente del equipo, en declaraciones previas al entrenamiento del miércoles, afirmó que buscarán soluciones internas para cubrir el hueco dejado por Profar:
“Estamos evaluando nuestras opciones. Tenemos talento joven que puede dar un paso adelante, y este tipo de adversidades también son oportunidades para que otros jugadores brillen. Confiamos en el grupo que tenemos.”
Por su parte, los fanáticos han reaccionado con una mezcla de decepción, tristeza y sorpresa. En las redes sociales, muchos expresaron su apoyo a Profar, reconociendo su sinceridad y asumiendo que cometió un error humano, mientras que otros cuestionaron el impacto negativo que esto podría tener en las aspiraciones del equipo.
Historial limpio hasta ahora
Hasta este episodio, Jurickson Profar no había tenido ningún historial relacionado con sustancias prohibidas. Nacido en Curazao y considerado uno de los prospectos más prometedores de su generación cuando firmó con los Rangers de Texas, Profar ha tenido una carrera sólida, aunque marcada por lesiones y altos y bajos en rendimiento. En los últimos años, encontró mayor estabilidad, siendo pieza clave en San Diego, Oakland y Colorado antes de llegar a Atlanta.
Su imagen ha sido la de un jugador disciplinado y entregado, lo cual hace que esta suspensión genere aún más sorpresa entre colegas, fanáticos y analistas. Algunos exjugadores han pedido no emitir juicios apresurados, mientras que otros han señalado la necesidad de reforzar la educación sobre el uso de sustancias en las ligas menores y mayores.
Las implicaciones a futuro
Desde el punto de vista contractual, Profar perderá alrededor de 10.3 millones de dólares correspondientes a los 80 partidos de suspensión sin pago. Aunque podrá reincorporarse a finales de junio, no podrá participar en los playoffs, lo que limita su valor en un equipo con aspiraciones de postemporada.
Además, el jugador podría ver afectada su reputación dentro del circuito, ya que, aunque haya asumido la culpa, las etiquetas de dopaje suelen dejar cicatrices difíciles de borrar. Sin embargo, también hay ejemplos de peloteros que lograron redimirse tras sanciones similares, por lo que su futuro no está sellado.
Para los Bravos, el reto ahora será mantener la cohesión del grupo, ajustar sus estrategias ofensivas y recuperar el terreno perdido en el inicio de la temporada. Para Profar, comienza una etapa de reflexión, disciplina y trabajo silencioso fuera del campo mientras espera una segunda oportunidad.